He tenido que aprender a tomar las cosas con calma “a las malas”, si a las malas… pues soy inquieta, quisiera tener las respuestas sin tener que depender de otras fuerzas, pero en fin estoy en un punto en mi vida donde creo que estoy aprendiendo a ser más calmada. He pasado por el proceso de aprender a bailar más calmado, levantarme de la silla con calma, moverme en general más calmadamente.
Esta fuerza de hacer las cosas rápido, resolver para “ayer” creo que lo desarrollé durante el tiempo que estuve divorciada con mis hijos sola. Esa necesidad de resolver sin estar, ni poder depender de nadie más.
Hoy ya más madura, creo que la calma es parte del crecimiento interno y es un proceso doloroso. En mi caso lo ha sido, es tan fácil hablar, decir, aconsejar, pero vivirlo es completamente otra historia. En mi proceso he tenido que vivir de cerca la impotencia de no poder ayudar a un ser querido. No por limitaciones económicas sino porque no está en mi poder abrir su mente para recibir ayuda.
Lo puedo razonar, no por eso me deja de doler.
Pensamiento para hoy…
“Hay solo una vida para cada uno de nosotros: la nuestra.”