He leído, oído esa frase más de una vez, hasta la he usado. En estos últimos días ha tomado mucho sentido para mí. Por ejemplo, el lunes esperaba sentada detrás de una persona (quien sin yo saber tenía el poder de negar o aceptar un caso) y yo sentada esperando por el caso de mi hijo, transcurrió la mañana y parte de la tarde, a eso de las tres y algo otra persona quien se encontraba en la corte y me había visto desde las ocho de la mañana, dijo en voz alta – “todavía usted aquí, ¿no le han atendido su caso?” y en ese momento voltea la persona frente a mí y me dice – es usted la madre de Fulano Detal? – Yo -Si, si lo soy, ella – lamento informarle que su caso no será oído.
No puedo describir lo que sentí en ese momento, fue una mezcla de cansancio, indignación y hasta mal humor, (desde temprano el defensor público le había informado de quien era yo y los motivos de mi presencia) lo sé porque oí todo.
Después de llegar a mi casa y tratar de repasar mi día tratando de darle sentido a todo, llegue a la conclusión de que, en mi caso, necesito llenarme de paciencia, todo lo relacionado con servicios humanos, salud mental y servicio público se mueve al estilo “montaña rusa” lento muy lento y de repente no sabes ni a dónde vas a caer. Como lo dije al principio en mi caso, y lo repito porque cada caso es diferente y pueda que usted viva en un sitio donde los servicios públicos a nivel de salud mental y el departamento de servicio humano sean otra experiencia. Lamentablemente en mi caso es bastante lento TODO y es importante mantener como prioridad nuestro bienestar personal.
En mi caso trato de no empujar ningún botón, lo he hecho, a veces funciona otras veces todo lo contrario. Pareciera que nuestro mapa está grabado, de nosotros depende como lo aceptemos.
“No se puede dar lo que no se tiene”, quiérete, quiérete mucho
Pilideas 