“Hay diferentes formas de despertar. Sólo una es la correcta. El hombre está dormido, pero debe despertar en la forma correcta. Existe una historia referente a un ignorante cuyo despertar no fue correcto.
Este idiota llegó a una gran ciudad y quedó confundido por la cantidad de gente que había en las calles. Temiendo que, si se dormía, al despertar no se encontraría a sí mismo en medio de tanta gente, ató un globo a su tobillo a fin de poder identificarse.
Un bromista, dándose cuenta del hecho, esperó a que aquél se durmiese, sacó el globo y lo ató a su propia pierna. También él se acostó a dormir en el piso de la posada donde se detenían las caravanas. El tonto despertó primero y vio el globo. En un principio pensó que aquel otro hombre debía de ser él. Luego lo acometió gritando: Si tú eres yo, entonces quién, por el amor de Dios, quién soy y dónde estoy yo?”