Un basurero, mientras caminaba por la calle de los vendedores de perfumes, cayó al suelo como muerto. La gente trató de revivirlo con fragantes aromas, mas sólo lograron empeorar su estado.
Finalmente apreció un ex basurero, quien comprendió la situación. Sostuvo algo inmundo bajo la nariz del hombre y este revivió inmediatamente, gritando: “Esto sí que es perfume!”
Debéis prepararos para la transición en la que no habrá ninguna de las cosas a las que estáis acostumbrados. Después de la muerte, vuestra identidad deberá responder a estímulos de los cuales tenéis oportunidad de pregustar aquí.
Si permanecéis atados a las pocas cosas que os son familiares, esto sólo os hará desdichados, de la misma manera el perfume no surtió efecto con el basurero en la calle de los fabricantes de perfumes.