«El cielo es eterno, la tierra perdura.
Por qué el cielo y la tierra duran para siempre?
Ellos no viven sólo para ellos.
Este es el secreto de su durabilidad.
Por esta razón, el sabio se coloca de último
Y termina de primero.
Permanece como testigo de la vida,
Por eso perdura.
Sirve las necesidades de los demás
y todas tus necesidades serán satisfechas.
A través de la acción desinteresada, se consigue la realización.»